Publicado en Imagen, Zacatecas el 26 de febrero de 2009.
“Tiempo de farsantes”
En Río Grande los delincuentes actúan con total impunidad
Al principio
Los consejeros del IFE dan otra nota de escándalo al decidir aumentarse sus ingresos más de un cien por ciento. Ganarán más de cuatro millones de pesos al año porque el artículo 41 de la constitución dice que deben ganar lo mismo que los ministros de la Suprema Corte. La sensatez republicana sería que mejor los ministros de la corte rebajaran sus ingresos al nivel de los consejeros del IFE para cumplir con la Constitución.
Una decisión así de insensible y provocadora sólo es posible cuando la democracia es sólo una apariencia, cuando la gente está mal informada por los medios al servicio del que paga y cuando los partidos abandonan los elevados propósitos que les dieron origen.
Antes de que la crisis se hiciera presente, la contemporánea y plural clase gobernante derrochó dinero a manos llenas porque en vez de proyectos, tiene fantasías. En vez de rumbo, corazonadas.
Lilian Helman bautizó en celebrado libro la infamia Macartista como “tiempo de canallas”, supongo que si le hubiese tocado retratar nuestro momento político lo llamaría: “tiempo de farsantes”.
fox hizo escuela
El pasado martes anduve por Río Grande justo cuando sus habitantes se disponían a presenciar el tradicional desfile del carnaval.
El domingo anterior se realizó el tercer operativo de seguridad en el mismo hotel Plaza Real y con los mismos nulos resultados.
El sistema de información de los delincuentes es más eficaz que el del gobierno. Y tan lo saben “los perseguidos de la ley”, que éstos continuaron como si nada en los “arrancones” que en esos momentos se celebraban a no mucha distancia, según respetables voces de intimidados riograndenses.
En Río Grande sucede lo mismo que en los otros municipios: la población identifica sus vehículos, sabe donde viven y con quien conviven, y ya hasta se dan los “buenos días” con los criminales, seguramente persuadidos por tantas historias de fraternal interacción entre estos y algunos agentes de la ley.
Los delincuentes cuando cometen un secuestro, ni siquiera se toman la molestia de cubrirse el rostro. Saben que el miedo de la gente se combina con la extrema carencia del deber que muestran los responsables de investigar los delitos.
He podido hablar con testigos presenciales de los más sonados secuestros y todavía no conozco a alguien que sea citado para que describa los rasgos de los malhechores, como si ya supieran quienes son.
Pero fingir que no pasa nada no impide que el drama continúe, tengo en mi poder la copia del escrito en la que ministeriales, que piden reservar su identidad le hacen saber a la gobernadora que:
“Necesitamos, pedimos, exigimos, imploramos una respuesta, una razón (sic) del paradero de nuestro compañero, amigo, hermano miguel angel cervantez palacios (sic), adscrito al distrito judicial de villanueva zacatecas (sic), ya que el dia 17 de febrero del año en curso nos enteramos por gente ejena (sic) a nuestra institucion(sic), que fue levantado por un comando de gente fuertemente armada sin existir razon (sic), aparente, tambien(sic), sabemos que ya hubo comunicacion (sic), por parte de los plagiarios con la familia de nuestro amigo y que piden una fuerte cantidad de dinero…”
Hasta el momento de redactar estas líneas sigue sin aparecer el agente ministerial, lo que no impide la retórica hueca en torno a nuestras imaginarias fortalezas frente a la delincuencia organizada, retórica que en nada comparten los agentes ministeriales que se expresan en el citado escrito.
Al último
El mismo día que los gringos dicen haber capturado en su territorio a 755 miembros del cártel de Sinaloa, el informe anual sobre derechos humanos en el mundo que rinde el departamento de estado, pone a nuestro país como escenario, de abusos, torturas y asesinatos cometidos por los cuerpos policiacos y por el Ejército con motivo del combate al crimen organizado.
Nada que los mexicanos no sepamos a pesar del ominoso silencio de muchos medios de comunicación.
Aquí lo grave es que sean los gringos quienes lo digan, porque a nuestros representantes populares les “queda grande” el tema y nuestros actores políticos prefieren asuntos más cómodos.
En círculos habitualmente bien informados se habla de que están identificados ocho gobernadores vinculados al narcotráfico. De ser cierto, no se vale esperar a que los gringos tengan más pretextos para intervenir en nuestros asuntos persiguiendo y aniquilando solamente a la “carne de cañón”, totalmente reemplazable gracias a la política económica.
Nos encontramos el lunes en el recreo