lunes, 22 de septiembre de 2008

El Recreo

J. Luis Medina Lizalde
Imagen, Zacatecas, 22 de septiembre 2008

Cerca de la fabricación de culpables

Contra el narco, necesario quitar algunas máscaras

AL PRINCIPIO
La diferencia de criterios entre la Procuraduría del Estado de Zacatecas y la Procuraduría General de la República respecto a quién le corresponde investigar el asesinato de las tres personas cuyos restos fueron encontrados en Gualterio, Chalchihuites, es un botón de muestra de la incapacidad investigativa de ambas.
El “echarse la pelotita” unos con otros no resuelve nada, pero sí pone de manifiesto el empecinamiento en no mirar con ánimo autocrítico hacia adentro de las instituciones de los tres niveles de gobierno, empecinamiento que envuelve a toda la república y a todos los partidos.
El equívoco que condujo a presentar a tres jóvenes accidentados como probables autores del atentado en Morelia, Michoacán, nos revela lo cerca que se está de la fabricación de culpables.

¿EL FIN JUSTIFiCA
LOS MIEDOS?
El llamado de Felipe Calderón a la unidad nacional y el asentimiento mecánico de los dirigentes partidistas se exhiben como recurso oportunista del poder, para desacreditar a los mexicanos que disienten.
Es la búsqueda de repetir “la unidad a toda costa” que Manuel Ávila Camacho recibió como regalo del partido comunista en la coyuntura del ingreso de México a la Segunda Guerra Mundial.
Ávila Camacho, como Calderón, asumió la presidencia después de elecciones cuestionadas. Sólo que él sí tuvo éxito en la rápida domesticación de su adversario en la contienda, el general Almazán.
El llamado de Calderón presenta similitudes con el oportunismo de Bush, quien usó el derribo de las torres gemelas para hacer de la prensa crítica voz sin audiencia, alineando sus poderosos medios de comunicación en la consolidación de las muy pronto exhibidas falacias de las “armas de destrucción masiva”, para ocultar el verdadero móvil de la invasión a Irak: el petróleo.
El enfoque del gobierno federal nos lleva a la “colombianización”, que le cae como anillo al dedo al gobierno norteamericano, para afianzar su tutela sobre nuestro país.
La propaganda endiosa a Álvaro Uribe, soslayando el fracaso del modelo, que se prueba con dos hechos concluyentes: a) Colombia es el más grande proveedor mundial de cocaína; b) la cocaína que las mafias mexicanas introducen a los Estados Unidos la aportan los colombianos.
Para entrarle en serio al combate de estos males, es menester quitar algunas máscaras.

¿CUÁNDO LE ENTRAMOS AL TORO DE LOS NEXOS DE POLÍTICOS Y NARCOS, MÁS ALLÁ DE LA RETÓRICA?
Según el experto Edgardo Buscaglia, profesor visitante del ITAM el 63% de los municipios del país está infiltrado por el narco en sus estructuras gubernamentales, y el 8% está bajo control total.
¿Podemos presumir que no hay municipios zacatecanos en estas listas negras?
El método favorito de las mafias consiste en meterle dinero a las campañas de presidentes municipales, legisladores locales y federales y de gobernadores, según el propio Buscaglia. Y del propio Calderón según Zhen Li Ye gon (“copelas” o cuello)
No obstante, el poder legislativo federal se negó a establecer como causal de nulidad de elecciones el rebasamiento del tope de campaña, sirviendo simultáneamente a los intereses de dos poderes fácticos:
El de los narcos, al permitírseles continuar con su patrocinio de campañas y precampañas, y el de los monopolios de la comunicación que siguen recibiendo grandes sumas de los políticos para que los promocionen mediante contenidos aparentemente periodísticos.
La historia del amasiato entre política y narcotráfico es añeja, por la prensa que sí investiga.
Sólo un régimen carcomido por la corrupción ha ignorado el significado de que el cuñado del expresidente Echeverría se pudra en cárceles norteamericanas por el asesinato de un agente de la DEA y que a Mario Villanueva le han defendido públicamente políticos en Quintana Roo de todos los partidos, y una porción importante de la sociedad civil.
No se trata de seguir dando “palos de ciegos” como lo ha hecho Calderón desde que llegó, pero sí urge una planeación informada, honesta y valerosa contra la delincuencia; en donde a los gobernantes municipales y estatales les quede claro que su tarea es “pensar en lo global y actuar en lo local”.

AL ÚLTIMO
El periodismo encargado de defender el enfoque calderonista dice que la polarización política le hace el juego al crimen organizado.
Es su modo de convocarnos a no tocar el poder ni con el pétalo de una crítica.
Pero la polarización que le hace el juego a los cárteles es la que se da entre el secretario de Seguridad Pública Federal y el procurador General de la República.
O entre el Ejército y los cuerpos policíacos.
O entre las procuradurías.
Insisto: el buen juez por su casa empieza.

Nos encontramos el jueves en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com