jueves, 11 de septiembre de 2008

Opinión de Enrique del Val Blanco en el Universal

Enrique del Val Blanco
Otro Fobaproa
11 de septiembre de 2008



Desde el mes pasado ha comenzado a mencionarse la “bola de nieve” que amenaza no sólo a México sino a muchos países, producto de la situación económica expresada en incrementos de precios, descenso del empleo y bajas expectativas nivel global. Ya en algunas regiones, como la UE, se habla claramente de estar entrando en una recesión.
Para nuestro país estas noticias no son halagüeñas sobre todo, como reconoció el secretario de Hacienda, porque se complicó el panorama pues, además de lo mencionado arriba, la economía de EU no crecerá en términos reales para el presente año, con los efectos consecuentes en la economía mexicana.

Particularmente durante los pasados dos años, los bancos que operan en México se dieron a la tarea de distribuir sin ton ni son y a quien fuera tarjetas de crédito, tuviera o no recursos para hacer frente a las obligaciones derivadas de ellas, que son desde luego el gran negocio bancario. Como todos los bancos eran tan agresivos se aceptaron dos y hasta tres tarjetas como si fueran gratis. ¡Con qué facilidad las otorgaban! ¡Qué buenos eran los banqueros con uno!

Ahora resulta que ya empezaron a restringir el otorgamiento desaforado de plásticos, debido a lo que están constatando tanto a bancos como a autoridades financieras. Según la información disponible, la cartera vencida pasó de 6.8% a 8.2% en junio, representando el doble de lo registrado hace tres años.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores ha reaccionado, quizá tarde, obligando a las empresas que manejan tarjetas de crédito a aumentar sus reservas en un tercio más de lo que actualmente tienen, ante la posibilidad de enfrentar problemas de cartera vencida. Por supuesto, los bancos ya protestaron, aduciendo que no es para tanto en este jugoso negocio del crédito al consumo, en el que los intereses que cobran algunos bancos y comercios van de 20% a más de 40% anual. Para muchos tarjetahabientes esta será la “deuda eterna”, ya que sólo se les pide pagar un mínimo de 3% de la deuda y el resto se lo financian en comodísimas mensualidades, desde luego con los tan modestos intereses mencionados, endrogándose poco a poco hasta que llegue el momento en que no puedan pagar y enfrenten la crisis, con los embargos y demás acciones legales en las que los bancos son expertos.

Lo que puede ocurrir en el sector de las tarjetas de crédito será grave. Pero como siempre, y a esto le apuestan los banqueros, la presión de la gente será de tales dimensiones que obligarán al gobierno a diseñar un plan de rescate para supuestamente no afectar mayormente a los clientes, y por supuesto y principalmente para que los bancos salgan sin mayores rasguños y pérdidas. Más o menos como hicieron con el Fobaproa.

Con todo y la debilidad manifiesta de nuestro gobierno, la Secretaría de Hacienda debería meter la mano para lo que sin duda va a ocurrir si el índice de morosidad sigue creciendo. También sería necesario dotar de mayores recursos legales a organismos como la Condusef para que cuando se presenten situaciones como la descrita, las denuncie y ataje de inmediato, y no cuando empiezan a mostrarse los resultados negativos de la irresponsabilidad bancaria, cuyo único objetivo es exprimir al máximo a quien se deje. Es el caso de las tarjetas de crédito o comerciales.


Analista político y economista