lunes, 19 de mayo de 2008

El Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

Ahora que el diputado local Arnoldo Rodríguez Reyes expuso su intención de que el nombre del cantante y actor recién fallecido Antonio Aguilar se inscriba con letras de oro en el salón de plenos del Congreso, es de advertir la vocación zacatecana por la heterodoxia:
Nuestro estadio de futbol honra la memoria del jefe de la División del Norte, la alameda Trinidad García de la Cadena luce a la entrada la estatua de Francisco García Salinas, como a la entrada de la colonia Lázaro Cárdenas se yergue la figura republicana de don Benito Juárez.
Es la cantina Las Quince Letras escenario frecuente de eventos culturales, y los espacios culturales, esplendoroso marco de bodas y desfiles de moda.
Ya subidos a ese tren, podemos homenajear a la heroica María R. Murillo bautizando con su nombre un lienzo charro.

Y DE NUESTROS PROTECTORES ¿QUIÉN NOS PROTEGE?

Hay otro ángulo desde el que necesitamos examinar los hechos violentos ocurridos en Villa de Cos el 6 de mayo del presente: el ángulo de los derechos humanos de la población civil.
Testigos presenciales de la balacera sostienen que la muerte de los adolescentes Edwin y Leslie Alejandra no fue en fuego cruzado, sino que se produjo una equivocación fatal en la que los soldados apuntaron y dispararon contra las víctimas, por ello los padres de ambos han interpuesto una queja de la que habrá de ocuparse la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
¿Hay investigaciones en curso que identifiquen a los responsables individuales de los disparos? ¿Se hicieron pruebas balísticas para determinar si los proyectiles corresponden a las armas del Ejército?
¿Hay garantías de imparcialidad en la investigación, en caso de que ésta exista?
¿Hay algún proceso para deslindar responsabilidades?
¿Es cierto que fue una operación ordenada y ejecutada desde la Quinta Región Militar, con sede en Guadalajara, de la que no informaron ni a la ubicada en Guadalupe, Zacatecas?
¿Por qué el Ejército actuó sin informar al gobierno del Estado y por qué lo permite el gobierno del Estado?
¿Quién les ha hecho creer a los militares, a los miembros de la PGR y a los integrantes de la Policía Federal Preventiva que actúan en Zacatecas que no tienen obligación de dar la cara a los zacatecanos cada vez que hay sucesos como el que nos ocupa?
Mucho ayudaría a la construcción de la confianza social que se hable claro. Es peor para todos que después se diga que los delincuentes que mataron a los policías en Jerez todavía fueron capaces, esa noche, de rodear las instalaciones de la propia zona militar en el momento en que ahí se encontraban mandos civiles y militares.
Tampoco ayuda el saber que la PFP celebraba una comida con periodistas en el momento en que emboscaban a las fuerzas locales sin que nadie se tome la molestia de explicar el por qué de tanta descoordinación.
¿Por qué el gobierno del Estado no busca ser mínimamente creíble en el tema de la seguridad pública?
El boletín oficial 644 que dio cuenta de los sucesos de Villa de Cos empieza con una desafortunada inexactitud al referirse a Villa de Cos como “uno de los municipios más apartados del Estado en la zona del semidesierto” y ni siquiera consignó que un adolescente de 15 años también cayó herido en la balacera a pesar de que fue atendido en el Hospital General.
La actual Legislatura ¿no se cimbra ante el hecho de que cuando menos dos de sus miembros ya han sido interceptados y obligados a identificarse por desconocidos armados?

“TA TA TA TA”

(Profesor Jirafales en situaciones desesperadas)
En su angustiado “¡Ya basta!”, Felipe Calderón acierta cuando presenta el problema que representa el crimen organizado como problema de todos.
Es cierto que el Estado mexicano no puede solo con la tarea, requiere de la sociedad. Pero ello significa construir la confianza social empezando por reconocer las causas -economía injusta e impunidad de los delincuentes miembros de las élites económicas y políticas, principalmente-.
Implica también participación social en la construcción de una estrategia basada en el consenso social y no en los contraproducentes dólares gringos derivados de la versión mexicana del Plan Colombia, conocido como Plan Mérida.
Pero antes habrá que depurar las instituciones responsables de enfrentar al crimen organizado, porque ahora los honestos soldados y policías que se juegan el pellejo duermen con el enemigo. Y al ciudadano le es imposible distinguir quién es confiable y quién no a la hora de denunciar.
Se requiere también prescindir de Poncio Pilatos como ideólogo gubernamental.

AL ÚLTIMO

El gobierno del Estado y el gobierno del Municipio capitalino coinciden en desmentir al delegado de Semarnat en su afirmación de que hay carencia de permiso de índole ambiental para Ciudad Argentum.
El asunto es sencillo, con mostrar la documentación basta ¿o a poco todo fue de palabra? De otro modo, no se explica tanto ruido.
Nota al margen: hace unos días dejó de existir el médico Jesús Reyes Ruiz, hombre bueno y apreciado, circunstancias inesperadas no permitieron dar testimonio de mi sentir, ahora lo hago, con sincero afecto para Lula, su señora madre y toda su familia.

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com