Recreo
J. Luis Medina Lizalde
AL PRINCIPIO
La comunidad universitaria no puede enorgullecerse de su proceso electoral. Las fallas del padrón, si no son intencionales, reflejan preocupantes deficiencias administrativas.
La contratación de una empresa privada para contar los votos, a la que se le cayó el sistema, puso en evidencia la precariedad organizativa.
Se asomaron intereses ilegítimos por doquier, entre otros, los de proveedores, cuya preferencia por la educación privada es conocida y, sin embargo, tenían candidato a rector.
Lo saludable del proceso es el ejemplar comportamiento de los votantes.
Legítima e irreprochable la decisión de los inconformes de acudir a las instancias jurídicas.
Positivo e inteligente el discurso incluyente del aún presunto ganador.
La universidad pública padece de un entorno cargado de prejuicios hostiles, quien verdaderamente esté comprometido con ella, no lo puede perder de vista.
Lo que queda de manifiesto es que a la UAZ le urge un modelo electoral que elimine las inequidades derivadas del control burocrático de la institución y que el lugar que en esta ocasión ocupó el dinero, lo tomen las ideas.
PARA MATAR MOSCAS, LOS MATAMOSCAS, NO LAS METRALLETAS
Trágicos los acontecimientos del pasado martes en Villa de Cos, donde perdieron la vida un par de jóvenes y una niña de 9 años víctimas del fuego cruzado entre soldados y narcotraficantes.
Eran pasadas las 10:00 de la noche cuando tres camiones repletos de soldados entraban a Villa de Cos.
Al momento en que recorrían la vía de acceso a la cabecera municipal, más de 30 camionetas emprendieron la huida en dos direcciones: la mitad de los vehículos toma la carretera Zacatecas-Saltillo y la otra mitad se interna en la ciudad.
Los que huían, momentos antes convivían, como acostumbran, después de las carreras de caballos que tienen lugar en el Carril Los Alamitos, ubicado al lado derecho del tramo de acceso a Villa de Cos.
Los militares se internaron en la ciudad, deteniéndose el camión que iba a la cola del convoy frente a una funeraria. Justamente frente a una de las calles que desembocan en la vía principal.
De repente, dicho camión es tiroteado, y es cuando los infortunados adolescentes son atrapados por el fuego cruzado de delincuentes y militares.
Inmediatamente se generaliza la balacera por toda la calle en un tramo de entre 300 y 400 metros que van desde la funeraria hasta la plaza principal, y es ahí donde pierde la vida la niña de 9 años, misma que fue balaceada dentro de la camioneta a la que acababa de subir su señor padre, en el momento que regresaba de comprar nieve.
Según nuestras fuentes, frente a la iglesia de San Cosme y Damián, quedaron varios delincuentes muertos y se pudieron apreciar por lo menos dos heridos entre los
militares.
También nos dicen que los individuos que fueron capturados le hicieron frente a los soldados para proteger la huida de gatilleros en cuando menos 12 camionetas que enfilaron rumbo a Charco Blanco, llevándose los cadáveres de sus cómplices.
La acción estuvo a cargo exclusivo del Ejército, ya que el Ministerio Público federal y las corporaciones federales y estatales hicieron acto de presencia cuando todo había concluido, entre las 12:00 de la noche y la una de la mañana.
LA DELINCUENCIA ORGANIZADA VERSUS AUTORIDAD DESORGANIZADA
Un análisis somero de los acontecimientos nos permite aventurar algunas conclusiones:
Es inexistente la coordinación en seguridad pública, no sólo entre los tres niveles de gobierno, sino también entre las fuerzas federales, de otro modo no se explica la ausencia en el operativo de la Policía Federal Preventiva y la Procuraduría General de la República.
La desconfianza exhibida del Ejército respecto a las corporaciones policiacas tiene como probable fundamento el hecho de que el Carril Los Alamitos fue rehabilitado y puesto en operación desde el pasado mes de septiembre, siendo escenario desde entonces de las famosas carreras, de las que se abstienen los habitantes del Municipio, porque saben de quién se trata.
Como saben que el crimen organizado habitualmente mantiene vigías por el rumbo del Coloradito, en el crucero de Bañón, en la carretera Villa de Cos-Cañitas y en los límites entre los ejidos de Bañón y Santiaguillo. Todo esto sin que se den por enteradas las autoridades.
El Ejército ha sido diseñado para ocuparse de la seguridad nacional, no de la seguridad pública.
Los narcos lo tienen claro. Por eso, en vez de atentar contra generales, atentan contra piezas claves de la investigación policiaca.
Lástima que lo tengamos que aprender con la sangre de los inocentes.
AL ÚLTIMO
La diversidad congregada en la Plaza de Armas ayer domingo para escuchar el mensaje de Andrés Manuel López Obrador hizo evidente el poder unificador de una causa.
¡Qué contraste con el poder disgregador de los intereses!
Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@ gmail.com