Superquema del gas natural
Se habla de la quema de una parte del gas natural. Pero ésta, cuya prevención en general no es tan cara, está alcanzando niveles tremendos. La polémica nacional sobre el petróleo y el gas ha contribuido a que salgan informaciones a la luz.
Empiezo por citar algunos fragmentos de la ponencia presentada por el doctor Francisco Barnés de Castro, miembro de la Comisión Reguladora de Energía y ex funcionario en otros puestos, en el quinto foro del Senado, dentro del proceso que hubo de debate en torno a la iniciativa gubernamental llamada “reforma energética”.
“En lo que se refiere al gas natural... no se han realizado oportunamente las inversiones necesarias para llevar el gas producido a tierra y para procesarlo para alcanzar las especificaciones comerciales por lo que actualmente estamos enviando a la atmósfera 29 por ciento, sí, señores, 29 por ciento de la producción de gas asociado, que equivale a 17 por ciento de la producción nacional.”
Continúa el ponente señalando que “en los últimos 20 años se han enviado a la atmósfera un total acumulado de 2 billones de pies cúbicos de gas natural, que equivale... prácticamente al total de lo que hemos importado en ese tiempo”.
Sin embargo, estos datos sólo son un punto de partida. La situación actual es peor. Si vemos los datos de Pemex, vemos que la producción diaria promedio en el primer semestre de este año fue de 6 mil 723 millones de pies cúbicos. Para comparar, la producción diaria promedio del primer semestre del año pasado fue 5 mil 925 millones. Hubo un aumento en la producción de 798 millones de pies cúbicos diarios. Eso debió traducirse en una reducción de las importaciones.
Sin embargo, en este mismo tiempo las importaciones aumentaron. De 337 millones de pies cúbicos diarios en el primer semestre de 2007 pasamos a 516 millones en la primera mitad de 2008. Un aumento en las importaciones de 179 millones de pies cúbicos diarios. Esto apunta a un enorme aumento en los envíos de gas a la atmósfera, más comúnmente conocidos como quema de gas.
En este contexto, aparece en La Jornada el 8 de agosto una información proveniente de Pemex, en ese sentido, precisamente. De 325 millones de pies cúbicos diarios en la primera mitad de 2007, el volumen de gas natural enviado a la atmósfera pasó a mil 177 millones. El aumento, en cantidad, según la fuente de Pemex, es de 851 millones de pies cúbicos diarios. Si lo comparamos con la suma de más producción y más importaciones, vemos que fue la mayor parte, y tal vez la pequeña diferencia pueda deberse a un aumento en la demanda.
Si comparamos con las importaciones, como se hizo en la ponencia mencionada al principio para los últimos 20 años, vemos que el gas quemado fue más del doble que las importaciones de la primera mitad de 2007, y menos del doble que las de ese mismo periodo de 2008. Muy superior al promedio de 20 años, en el que se menciona que el desperdicio de gas es casi equivalente a las exportaciones de ese periodo. Se confirma que la situación empeora. El dato de la ponencia de que el gas desperdiciado en el semestre fue de 17 por ciento de la producción total de gas se confirma en la fuente de Pemex con sólo una pequeña diferencia.
Una parte muy importante del desperdicio se da en la Sonda de Campeche, donde a los funcionarios se les ocurrió la genialidad de inyectar nitrógeno al yacimiento para aumentar la presión de salida de la mezcla de petróleo y gas. El nitrógeno contaminó la mezcla crudo-gas y ahora, otra genialidad, queman el gas. El escrito de Pemex reconoce que en el aumento del desperdicio de gas en relación con el año anterior contó mucho la “producción de gas con alto contenido de nitrógeno en la región Marina Noreste”.
La separación del nitrógeno no es nada del otro mundo. Una planta criogénica enfría la mezcla de gases, y como se licuan a diferentes temperaturas, esto se aprovecha para separarlos. Así se separa también, por ejemplo, el etano, un componente del gas natural, el cual debería usarse en la petroquímica pero que a menudo también se quema.
El mismo gas, que se puede reinyectar al yacimiento para subir su presión sin dañarlo, o tras un proceso que incluye la criogénica, se puede también usar como combustible, pero con mayor provecho, por lo menos una parte debe usarse en la petroquímica. Queda claro de lo dicho que resolviéndose este problema de la quema, podemos dejar de importar gas natural, y hasta nos sobra.
¡Horror! ¿Cómo podemos atrevernos a semejantes aspiraciones? ¿Dónde van a quedar los negocios en los que se ha firmado la compra de gas importado durante 15 años a precios altísimos?