Fortalecimiento sustentable de Pemex/II
A continuación, las siguientes tres medidas específicas que siguen al texto del artículo del 21 de julio de 2008:
4. Para mejorar la administración y organización, se deben establecer estrategias para eliminar las limitaciones estériles en su capacidad de gestión, al haberle implantado una normalidad interna y externa extremadamente rígida, costosa e ineficaz. Asimismo se deben integrar todas las empresas subsidiarias en las áreas que sean convenientes para evitar duplicidad de funciones y reprocesos.
5. También es necesario aprovechar toda la energía calorífica de los procesos de refinación, por lo que es conveniente construir las plantas de cogeneración que permitan hacer más eficientes los procesos termodinámicos y generar energía eléctrica a Pemex.
6. Con los escenarios que se han presentado se hace necesario entrar a la explotación de los recursos continentales, aguas someras, así como a los de aguas profundas, programados según las posibilidades técnicas de producción, y también las necesidades del mercado interno y externo, considerando los tiempos que implican la exploración y la futura explotación.
En este punto, el debate no se debe centrar entre la exploración de aguas profundas o aguas someras; no se trata de una disyuntiva, sino de una cumulativa, por tanto, no se debe dar un manejo maniqueísta al problema. La respuesta es clara: se deben explorar las dos opciones en el más corto plazo posible. Ciertamente subyace un complejo problema financiero y fiscal al que deben abocarse las autoridades que manejan las finanzas nacionales.
Se debe operar con eficiencia y seguridad en todas las instalaciones de Pemex, por lo que se hace necesario corregir la falta de mantenimiento, adecuando las instalaciones petroleras estratégicas del país. Es necesario que parte importante de los excedentes petroleros sean reinvertidos en esta industria, que ha sido tan rentable para el país, estableciendo las necesidades presupuestales de Pemex para continuar de manera sustentable con la producción en el mediano y largo plazos. Las inversiones programadas deben incrementarse gradualmente para ir adaptando tanto a la economía nacional como a los cuerpos de técnicos que se requerirán, para lograr las metas que hoy nos estamos fijando.
Pemex necesita contar con mayor autonomía de gestión en el corto plazo, que, reitero, debe ser paulatina para no crear un desbalance en las finanzas nacionales. Razones de seguridad nacional hacen necesario crear un sistema de reservas estratégicas de petróleo y de combustible. En cuanto a los petroquímicos, al menos debemos buscar la autosuficiencia y analizar cuáles de éstos son los más rentables para su producción y colocación tanto en el mercado interno como en el externo.
Cabe destacar que además de proteger y fortalecer el sector de los energéticos, que como ya lo hemos establecido, debe seguir siendo propiedad de la nación, es fundamental defender el patrimonio intelectual de nuestro país. Esto debe ocupar papel prioritario en el desarrollo nacional y en el del sector energético; debemos fortalecer nuestros cuerpos técnicos en las áreas de ingeniería de todas las ramas afines a este sector, como lo hacen todos los países beneficiando y propiciando el desarrollo de tecnología propia.
Nosotros estamos por la defensa de la soberanía nacional como todos los mexicanos deben estarlo, en esta ocasión en materia de los hidrocarburos y de su programa de fortalecimiento sustentable de producción. Para lograrlo, se debe contar con una nueva legislación en materia de obras y servicios, con dos objetivos claros: fomentar el desarrollo de la ingeniería y la técnica nacional, así como desregular los interminables procesos administrativos, diseñados en las épocas de las recientes crisis económicas para inhibir el gasto, que de no modificarse sería un lastre para el desarrollo nacional y la infraestructura necesaria que estamos planteando para la sustentabilidad de Pemex.
Como acciones concretas para mejorar el capital humano de nuestra industria petrolera, se deben buscar mecanismos que fortalezcan nuestras universidades públicas, mediante fondos especiales, para capacitar a los docentes en las áreas estratégicas que permitan estar al día y en la vanguardia del conocimiento en los temas relacionados con la industria petrolera.
Fortalecer los institutos públicos de desarrollo tecnológico, priorizando la investigación práctica, para lo cual se deben adecuar los estándares de calificación de los investigadores, favoreciendo la creación de nuevas patentes, así como fortalecer las instalaciones creando los laboratorios necesarios para estos desarrollos.
El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) debe jugar un papel fundamental para estudiar nuevas formas de generar energía primaria, además del petróleo, como se ha realizado a escala mundial.
Por lo anteriormente dicho, en consideración de que la industria petrolera nacional proviene de la expropiación de 1938, ejecutada por el general Lázaro Cárdenas, habrá que mantener el mismo espíritu nacionalista dentro del marco constitucional vigente. La historia de México no se puede borrar ni mucho menos ignorar.
Estamos en contra de la pérdida de control por parte de Pemex sobre sus activos y su infraestructura. No estamos visualizando la modificación a la Carta Magna ni específicamente al artículo 27 constitucional. Es imperativo impulsar la eficiencia operativa, administrativa y financiera de Pemex. Fortalecer y actualizar los cuerpos técnicos de la institución, así como los del IMP. Agregar a la Ley Orgánica y la normatividad de Pemex la creación de los depósitos estratégicos, tanto de crudo como de combustibles.
Es fundamental para la nación el fortalecimiento de Pemex, como tratamos de establecer; se debe contar con un sector energético sólido, no solamente petrolero, que permita la integración eficiente de sus procesos, desde la exploración hasta la petroquímica, dotándola de mayores facultades en las tomas de decisiones y en la contratación para aumentar su capacidad de operación y ejecución.
El eje de la discusión se debe centrar en crear una industria energética integral, eficiente y sustentable, y, partiendo de este punto, analizar las necesidades de inversión para lograr este objetivo, fijando mecanismos de financiamiento dentro del marco legislativo vigente.