La Jornada, 16 de enero 2009
■ Peor que en la década perdida
■ Más propaganda que trabajo
■ Extrañar al Papa o gobernar
Mientras el inquilino de Los Pinos se “preocupa” por el incremento de los divorcios y dedica su tiempo a extrañar al Papa, otros más herejes se inquietan por las cosas mundanas que sacuden a quienes habitan el planeta, tal como sucede con organismos internacionales talla ONU, que ahora nos receta una nueva “corrección” al de por sí desolador panorama, dada la vertiginosa dinámica de deterioro que se observa aquí, allá y acullá.
Si la reciente estimación de Agustín Carstens (“crecimiento cero” en 2009) es la versión “optimista” (Guillermo Ortiz dixit) de la economía mexicana, comienzan a surgir proyecciones más pesimistas que el propio registro del gobernador del Banco de México. Así, la Organización de Naciones Unidas le pone un hielo más al iglú y nos informa que “dado que México está muy pegado a Estados Unidos, y (por ende) será muy afectado, esa situación podría ocasionar que decreciera 1.2 por ciento” en el presente año, es decir, que la economía “cero” pronosticada por el doctor “catarrito” si bien van las cosas terminaría 2009 en una economía “menos 1.2 por ciento” del producto interno bruto.
De ser atinada la nueva proyección de la ONU (hay que decir que es la más reciente, lo que no implica que a lo largo de 2009 presente correcciones a las correcciones, con clara tendencia descendente), en el primer trienio del calderonato los mexicanos habrían sido premiados con una tasa anual promedio de “crecimiento” inferior a la registrada durante la llamada década pérdida (la de los 80).
Es de mencionar que el escenario que para la economía mexicana plantea la ONU es producto del análisis conjunto (Situación y perspectivas de la economía mundial 2009) del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Pero bueno, si el citado pronóstico corresponde a la realidad, entonces Felipe Calderón, el “presidente del empleo” que a los mexicanos no ha dejado de prometer bienestar a manos llenas, habrá hecho la hombrada de reducir, en tres años de “continuidad”, el de por sí raquítico comportamiento de la economía nacional a proporciones no registradas desde los febriles tiempos de Miguel de la Madrid, quien hizo su máximo esfuerzo para lograr que México destacara entre las naciones más golpeadas en la muy golpeadora década pérdida de los 80, cuando la tasa anual promedio de “crecimiento” económico en el país a duras penas llegó a 1.6 por ciento.
Con este contexto y la nueva proyección de la ONU a la mano, entonces en tres años de calderonato la tasa anual promedio de la economía mexicana se habría reducido a 1.26 por ciento, contra 1.6 por ciento de la referida década pérdida. Y, lamentablemente, el paralelismo del calderonato con el sexenio de Miguel de la Madrid no se limita a los lúgubres resultados económicos, sino que se empata en términos de inmovilismo y “apanicamiento”, como diría el filósofo ranchero de San Francisco del Rincón, Guanajuato.
De acuerdo con la ONU el “escenario pesimista” abarca al planeta en su conjunto, pero sin duda hay de pesimismos a pesimismos. Señala el organismo que en otros países descenderán sus respectivas tasas de crecimiento, pero nada que ver con el patético caso mexicano. Por ejemplo, cita, el ritmo de expansión de la economía china pasaría de 10-11 por ciento a 7 por ciento en este agitadísimo 2009, mientras la correspondiente a India bajaría 4.7 por ciento y la de Rusia a 2.5 por ciento.
Lo anterior hace suponer que, ante el meteoro que se veía venir, en las tres naciones citadas los responsables de las finanzas públicas y el crecimiento económico en lugar de inventar retorcidas tesis de “catarritos”, “gripas” y “navíos de gran calado”, se pusieron a trabajar para hacer frente a las consecuencias y adelantarse en la medida de lo posible, reconociendo, sí, que habría un duro efecto, pero que podía ser atemperado si se actuaba a tiempo, tomando las previsiones correctas en lugar de dar rienda suelta a la política de micrófono, como Calderón y Carstens comprenderán (no se cita al secretario de Economía, el amigo del inquilino de Los Pinos, porque no existe).
En sentido rigurosamente contrario al de chinos, indios y rusos procedió el gobierno calderonista, dedicado más a justificar que a actuar; más a inventar que a construir “fortalezas” y “blindajes” reales; más a la propaganda que a hacer el trabajo que le corresponde y, en fin, más a preocuparse por los divorcios (aunque no el del gobierno con la sociedad) y a extrañar al Papa que a cosas terrenales. Y allí están los resultados.
Y ya entrados en “nuevos” pronósticos, allí está el caso del Foro Económico Mundial, con sede en Davos, Suiza, el cual en su informe anual presenta un sombrío panorama para 2009 y advierte que “a los gobiernos puede salirles el tiro por la culata con sus multimillonarios planes de rescate financiero”, de acuerdo con el reporte de la agencia francesa de prensa. Tal informe “muestra un cuadro poco alentador en todos los ámbitos: mercados volátiles, falta de liquidez, aumento del desempleo e índices de confianza de los consumidores y las empresas en mínimos nunca conocidos. Esa situación corre el riesgo de alentar políticas de inversiones peligrosas a largo plazo; los gastos masivos destinados por los gobiernos para ayudar a las instituciones financieras amenazan las ya precarias situaciones fiscales de países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, España y Australia; resulta peligroso no ir a las raíces del problema o sembrar nuevos (problemas), cuyo impacto no será inmediato pero que se harán sentir con fuerza más tarde”.
Y para redondear el panorama, la Cepal subraya que el incremento inflacionario reportado en México “tuvo su mayor golpe en los hogares pobres del país; para las familias pobres, el consumo de alimentos representa entre 60 y 70 por ciento del total de sus ingresos, (de tal suerte) que 2008 muchas familias tuvieron que verse en la necesidad de optar entre continuar con sus hábitos de consumo o dejar de comer algunos alimentos. El repunte de la inflación en 2008 golpeó a los hogares más pobres; lo más probable es que aumente el nivel de pobreza en toda América Latina”.
Las rebanadas del pastel
Mientras el tipo de cambio peso-dólar alegremente se mantiene al alza, junto con el consumo de reservas internacionales, el Club de Periodistas de México invita a si 36 foro “Entre la economía oficial y la economía real (alternativas ciudadanas)”, que se llevara a cabo hoy a las 18 horas en Filomeno Mata número 8, Centro Histórico. Participan el querido colega Enrique Galván Ochoa y el no tan querido autor de estas líneas. Moderan el encuentro Celeste Sáenz de Miera y José Manuel Orozco Garibay. Se va a poner bueno.