J. Luis Medina Lizalde
Imagen, Zacatecas 5 de enero 2009
Hay escepticismo ante reforma procesal
Partidos, sin control sobre la ética de sus miembros
AL PRINCIPIO
Hoy entra en vigor la más trascendente reforma procesal en muchos años: la introducción de los juicios orales.
Antes de Zacatecas, los estados de Oaxaca, Nuevo León y Chihuahua le entraron al toro.
El primer juicio oral de esta historia concluyó el 22 de febrero del 2005 en Monte-Morelos, Nuevo León y el primer enjuiciado se llama Javier Santana, quien recibió la sentencia de tres años de cárcel y la obligación de indemnizar con 441 mil pesos a los deudos de una persona a la cual mató y a otra que dejó paralítica, todo por manejar a lo tarugo.
El juez Juan Francisco Manuel Sáenz Moreno, en 15 minutos se despachó al señor Santana.
Las virtudes que se conocen en los juicios orales son: la transparencia derivada del carácter público de las audiencias, la menor duración del procedimiento, el garantizado contacto del juzgador con el enjuiciado (lo que no sucede en el proceso tradicional) y la disminución de costos.
Hasta hace poco el asunto era voluntario, pero una vez que se reforma la Carta Magna para tales efectos, todos los estados tendrán que reformar sus respectivos ordenamientos para generalizar la oralidad en los procesos dentro de un plazo de ocho años.
La reforma tiene muchos escépticos, desde ministros de la suprema corte, hasta veteranos del litigio.
Causa desconfianza que fueran el Reino Unido y los gringos los más interesados en el cambio a los juicios orales por eso de que ya sabemos que no la “brincan sin huarache”.
Son los imperativos de la globalidad, dirían algunos.
Hoy entra en vigor la oralidad en los procesos penales nada más en el distrito judicial de Zacatecas, en seis meses será en Fresnillo y en Jerez, y en un año la reforma estará vigente en todo el estado.
A ver cómo nos va...
SIGUE VIGENTE LA LEY DE HERODES
En Tepechitlán, el presidente municipal procedió a destituir a varios miembros del cabildo invocando las tres faltas consecutivas injustificadas como causal legal.
Como parte del proceso de inclusión de los partidos de oposición en las instancias de representación, los regidores adquirieron peso político.
Al principio aspirábamos a que desde el municipio se instaurara un camino de transformación democrática de la periferia al centro, en una vía de reforma gradual, inspirados en venturosas experiencias en países latinoamericanos.
En Zacatecas, igual que en otros estados, generó expectativas el establecimiento de las sesiones de cabildo itinerantes y abiertas, se pensó en equilibrios democráticos y en una más eficaz rendición de cuentas.
La esperanza transformadora contagió a los académicos y se pusieron de moda los especialistas municipalistas como Raúl Olmedo, Cabañas y muchos más.
Salinas de Gortari usó el tema para lucir como demócrata y uno de sus hermanos, de la Universidad Metropolitana, aquí mismo en la UAZ participó en un postgrado en la materia.
ALGO FALLÓ
La prensa zacatecana tiene varios años reportando abusos, privilegios y verdaderos “agandalles” de regidores de diverso origen, sin que ningún partido político pueda acreditar control alguno sobre la ética de sus miembros.
A pesar del arribo de diversos partidos a los gobiernos municipales, éstos no han construido modos distintivos de gobernar.
El soborno como vínculo entre presidentes municipales y regidores opositores suele ser comentado como evidencia de oficio político.
La precariedad jurídica con que reaccionan los presidentes de Trancoso y Tepechitlán no es responsabilidad exclusiva de ellos, además es acorde con la atrofia del Congreso local, que con su pasividad eterniza los conflictos.
AL ÚLTIMO
La primer noticia nacional trascendente que recibimos los mexicanos es la de la huelga de más de 2 mil embarcaciones atuneras y camaroneras de nuestras costas del océano pacifico y del golfo de México.
Los empobrecidos pescadores demandan que bajen los precios del diesel marino y de la energía eléctrica con que funcionan los sistemas de refrigeración y las granjas aquícolas.
Los campesinos mexicanos están que no se la acaban con los precios del diesel y de la energía eléctrica que junto con el disparado precio de los fertilizantes impiden el resurgimiento productivo del campo.
El aumento al salario al ser inferior a la inflación garantiza un significativo descenso del nivel de vida del asalariado en general.
Los gobernantes continúan sin dar muestras de que entienden lo que está pasando y siguen sin preocuparse por el sentir popular en cuanto a los elevadísimos ingresos que se autoasignan.
Nos encontramos
el jueves en el recreo
luismedinalizalde @gmail.com