viernes, 9 de enero de 2009

Objeciones de la memoria

Columna de Martí Batres en El Universal
9 de enero 2009

Gobernar con mentiras

Hay quienes solitos se ahogan en sus mentiras y se exhiben como son. Apenas en mayo de 2008 el secretario de Hacienda, Agustín Cartstens, fue encargado de propalar un engaño entre la ciudadanía: “a pesar de que el precio del crudo está a más del doble de lo presupuestado, el gobierno federal no tiene ni un centavo de excedentes petroleros (porque)… ha sido consumido por el gasto en la importación de petrolíferos, como las gasolinas”. Y espantaron, además, con el petate del muerto: “lejos de haber excedentes, el gobierno reporta un faltante por 8 mil 400 millones de pesos”, dijeron.

¿Se acuerda?, era cuando se presionaba política y mediáticamente al Congreso para privatizar Pemex como proponía Calderón. También, cuando neceaban que los técnicos mexicanos eran incapaces de construir una refinería o que la tecnología para ello no estaba en venta.

Ahora, siete meses después anuncian que Pemex y los estados recibirán más de 30 mil millones de pesos adicionales para invertirlos en infraestructura ¡con recursos de los excedentes petroleros de 2008!

¿En qué quedamos? ¿Hubo o no excedentes petroleros? ¿Cuándo nos mintieron? ¿Lo hizo antes Carstens o ahora Calderón?

Lo mismo pasó con lo de la refinería —que ahora dicen sí construirán— y con el anuncio de que se congelan los precios de las gasolinas y el descuento de 10% al gas LP. ¿Recuerda cuántas veces aumentó el gobierno federal ambos productos el año pasado y en la primera semana de este? ¿Explicó por qué no frenó los incrementos al diesel, cuando hay protestas justificadas de pescadores?

¿Sabía que es el gobierno federal el que pone los precios a la gasolina, gas, electricidad y diesel?, ¿que los mexicanos pagamos 39 y 15% más por la gasolina Premium y Magna que si la compramos en EU? Allá su costo se redujo 60% de julio a la fecha. Acá, pese a los ahora sí reconocidos abundantísimos excedentes petroleros, no hablan de rebaja alguna sino de congelamiento.

En realidad el “acuerdo nacional” publicitado por Calderón es el inicio de una estrategia política electoral de medios para este año de elecciones intermedias. Su propósito y el de su partido —aunque lo nieguen— es que los electores los vean de mejor manera, como preocupados por el bienestar social —aunque no incluyan medidas favorables en su acuerdo para los que poco o casi nada tienen— y hasta capaces de tener un plan para salir bien librados de la crisis que, por cierto, también negaron en su momento. La forma como fue presentado, analizado y discutido hasta el cansancio en los medios electrónicos para ser palomeado por diferentes instancias y actores políticos, así como la superficialidad de muchas de sus medidas, así lo demuestran.