jueves, 22 de enero de 2009

Recreo de J. Luis Medina Lizalde en Imagen

Nuestros legisladores no legislan

Las autoridades actúan como en el porfiriato

AL PRINCIPIO

Los diputados federales son elegidos para actuar en el ámbito nacional, aunque las constituciones locales, como la zacatecana, les otorgan la facultad de iniciar leyes.
Durante muchos años los diputados bailaron al son que les tocaba el Poder Ejecutivo y a lo mejor por eso la actividad gestora se transforma de complementaria en principal, sino es que en casi única. Las casas de gestión nacieron para servir a los simples mortales que, gracias a su diputado consiguen una audiencia, una atención médica, a veces una chamba, o el arreglo de una calle.
Si el diputado se cuadra con el gobernante en turno, recibe despensas y juguetes para que quede bien.
De unos pocos años a la fecha, pasaron de gestores de los simples mortales a gestores de gobernadores y presidentes municipales cuando menos en el discurso.
La gestión de recursos federales tiene otra lógica institucional. La construcción de la petición a la federación es más factible con las herramientas de la administración.
La visualización y jerarquización de las necesidades es una tarea técnico-política del Ejecutivo, sometida a la aprobación anual de los diputados.
En los Estados Unidos, con más del doble de población que nosotros, tienen 300 diputados a los que llaman representantes, en México son 500.
Una porción numerosa de nuestros legisladores no legislan ni vigilan la buena marcha de la administración como es su misión constitucional, a lo mejor procede la disminución del número de diputados y la creación de un nuevo cargo de elección popular: de “conseguidor de recursos”.


¿SOBRA DINERO Y FALTA PROYECTO?
El fachadismo es un término empleado para describir el uso de dinero público en la apariencia física de casas, edificios y lugares públicos sin más propósito que “taparle el ojo al macho”.
Las cabeceras municipales de nuestro país están llenas de obras de intermitentes remodelaciones de jardines, banquetas y kioscos que además de innecesarias, distraen recursos para obras de urgente necesidad pero menos apantalladotas.
El fachadismo pospone el progreso de los pueblos en aras de la vanidad hecha gobierno que se impone cuando las decisiones son de corte autoritario.
La remodelación de la plazuela de Miguel Auza, el derribo de un árbol apreciado por los citadinos, la prolongadísima cancelación de la circulación y la pretensión nunca desmentida de convertir el espacio en área peatonal, a lo mejor tienen justificación. Pero lo que es inadmisible es que a estas alturas del siglo XXI las autoridades actúen como en el porfiriato de 100 años atrás, cuando los gobernantes obraban como dueños de las ciudades a la hora de tomar decisiones sin el parecer social, aunque las mismas alteraran la vida cotidiana de la colectividad.


FALLANDO AL PLANEAR SE PLANEA FALLAR
La improvisación en la planeación de la obra pública es otra manera de retrasar el progreso y en la dilación para tener en pleno funcionamiento el rastro TIF, pero el caso más emblemático al respecto es el referente al estacionamiento público que desde el sexenio de Romo Gutiérrez se tiene previsto construir en donde alguna vez estuvo la central camionera.
Después de años y años de conflicto con los comerciantes, luego de una solución que si bien no dejó satisfechos a todos, sí ofreció una lucecita al final del túnel, lo único que queda es un lote baldío, porque ya cambiaron de idea y modificaron los planes, pero de todos modos no empiezan.
La ineficiente ejecución de lo planeado también pospone el desarrollo, y “el lago de la encantada” sirve de ejemplo.
Durante muchos años “la encantada” fue un espacio familiar donde llevamos a nuestros hijos a “alimentar a los patos”, “subir a la lancha” y “pasear en los caballitos”. Luego se nos canceló ese entrañable lugar con motivo de un plan que incluía un teatro en medio del agua.
Es tiempo que no vemos la orilla.
El sentido común aconseja que aquello para lo cual ya se dispone de recursos se ejecute pronto y bien.
Pero en tiempos de crisis no sólo es aconsejable sino imperativo, por los empleos y por que lo que se tarda sale más caro.


AL ÚLTIMO
¡Increíble el poder de Elba Esther Gordillo en este sexenio! La SEP declaró reservada la información de lo que en esa dependencia cobra Elba Esther Gordillo y en la Lotería Nacional un gordillista sustituyó en el cargo de director a otro gordillista.

Nos encontramos el jueves en El recreo.