Publicado en Imagen el lunes 19 de enero de 2009
Por J. Luis Medina Lizalde
AL PRINCIPIO
El relevo presidencial en los Estados Unidos ha dejado de ser una nota internacional del exclusivo interés de los estadounidenses.
Lo que el gobierno de ese país hace o deja de hacer, repercute en los cinco continentes. Imposible es ignorar el fin del ciclo que inició con el mandato de Ronald Reagan y concluye mañana con el de George Bush, fase del capitalismo salvaje popularmente bautizado como “neo liberalismo”.
El ascenso al poder de Barak Obama es la derrota de los ultras de la privatización y el libre mercado que heredan al mundo un desastre de pronósticos reservados. Ello no significa la victoria de la estatización absoluta de la vida social, visión que ya vivió su derrumbe en 1989, cuando se desplomó el “socialismo real”, administrado por una minoría tan deslumbrada por los privilegios como los banqueros neoliberales.
La relación México-Estados Unidos durante el ciclo que termina ha sido de indigno sometimiento del gobierno mexicano a la Casa Blanca. El menosprecio por nuestra soberanía se torna peligroso cuando trasciende el diagnóstico del comando conjunto de las fuerzas armadas de ese país en el cual dice que México, al igual que Pakistán, puede sufrir un “colapso rápido y repentino”, lo que prefigura una severa amenaza.
Obama será el presidente de un pueblo, no de la humanidad, los intereses que defenderá serán los de su país y más vale que no nos hagamos falsas ilusiones, pero los mexicanos necesitamos una actitud nacionalista de nuestro gobierno que sepa dejarle claro a nuestros vecinos que si la migración mexicana es un problema para ellos, es porque la avaricia de las trasnacionales se ha valido del gobierno gringo y de los organismos internacionales para imponernos políticas empobrecedoras de nuestro pueblo, como son las fraudulentas privatizaciones y los infames “fobaproas”.
También es menester decirles que los cárteles mexicanos son hechura gringa al consentir el consumo y la circulación de la droga en su territorio y al dar “manga ancha” a la venta de armas.
Que no nos salgan con que ellos no tienen responsabilidad.
DEL DEDAZO A LOS DEDAZOS
No tiene remedio. La contienda electoral del 2009 profundizará la descomposición política.
Durante la etapa de predominio absoluto del PRI, los diputados federales eran piezas de ajedrez del presidente de la república y su sometimiento los hizo aplaudir lo mismo una devaluación, que la nacionalización de la banca y su posterior privatización, inclusive alguna vez le llevaron serenata cumpleañera al presidente en turno con la misma abyección con que solían formarse en fila india para felicitar al presidente por el informe rendido.
En 1997 la oposición le arrebató al PRI el dominio absoluto de las cámaras gestándose, a partir de entonces, un pluripartidismo del que se esperaba un sistema de pesos y contrapesos, transparencia de lo público, control social de las instituciones y aliento a la crítica independiente, pero no se dio.
El debilitamiento del presidencialismo lo acelera un Vicente Fox con evidentes limitaciones culturales y, ahora lo sabemos, con conflictos de personalidad que en mucho contribuyeron al desastre que nos heredó.
Pero la debilidad del presidente no se tradujo en fortaleza de la sociedad, sino de los poderes fácticos.
El núcleo principal de las facultades metaconstitucionales no desaparece, se traslada a cada uno de los gobernadores.
Hay una diferencia entre el “dedazo presidencial” del pasado y los “dedazos” de los gobernadores en el presente. El primero cuando menos obedecía a un proyecto político de duración acotada, en cambio, los dedazos encubiertos o francos que ahorita se cocinan en cada estado de la república se originan en la lógica de camarillas sexenales con afán de perpetuar su influencia.
Cuando hay dedazos, pierde la militancia porque no cuenta la trayectoria ni la congruencia, sino la incondicionalidad.
Cuando hay dedazos pierde la sociedad porque no cuenta el perfil ni la preparación, sólo la incondicionalidad.
AL ÚLTIMO
El gobierno del Distrito Federal anunció la disminución del diez por ciento de los sueldo de 1400 servidores públicos empezando por el propio Marcelo Ebrard, que con la disposición ganará durante el presente año más o menos la mitad de lo que gana en Zacatecas un diputado local.
También puso en marcha 17 comedores populares de los 170 programados para dar comida sin costo a los simples mortales en situación de extrema necesidad.
¿Quién le atora eh?
Nos encontramos el jueves en el recreo
luismedinalizalde@gmail.com