jueves, 29 de enero de 2009

Recreo

J. Luis Medina Lizalde
Publicado en el diario Imagen, Zacatecas, el 29 de enero de 2009

Es hora de la solidaridad sin titubeos

Necesitamos policías merecedores de confianza


AL PRINCIPIO
El pasado lunes la gobernadora recibió en su despacho a una numerosa comisión ciudadana procedente de Villanueva.
La zozobra de la gente estuvo a punto de inspirar acciones fuertes porque ese día corrió la versión de que el profesor Roberto García Cárdenas había entregado el rescate exigido por su hija e hijo sin que éstos fueran devueltos.
La gobernadora iba predispuesta a no escuchar según coinciden varios de los asistentes, pues después de exponer su visión de la inseguridad durante más de una hora, replicó a cada uno de los que se manifestaron reiterando que no hay denuncias e insistiendo en que en otros estados están peor, como si eso aliviara la ansiedad concreta originada en sucesos igualmente concretos.
La gobernadora, al conminar al presidente municipal ahí presente a que muestre autoridad no ante los delincuentes, sino ante los ciudadanos inconformes, participa de esa equivocada idea según la cual la población debe cruzarse de brazos y confiar “a pie juntillas” en las autoridades, a pesar de su evidente incapacidad.

¿Ni así escuchan?
Cierto es que no parece viable asignarle en exclusiva al Ejército la tarea de la seguridad pública de municipio alguno. Ni hay tropa suficiente, ni podemos desperdiciar a nuestros militares en agarrar borrachitos por orinarse en la calle. Necesitamos cuerpos policiacos bajo el mando civil de los tres niveles de gobierno, pero cuerpos policiacos merecedores de la confianza social.
Si la gobernadora prestara oídos a lo que sabe la gente, ésta le diría que entre los que fueron rescatados de la colonia las Árboledas hubo quien fue detenido por policías municipales de Guadalupe y entregado al grupo delictivo que tenía esa casa.
Le dirían también que esa fue la suerte que corrió un joven al que preventivos de Zacatecas entregaron a un grupo en Fresnillo.
Escucharía el relato del comerciante que aprovechó un descuido de sus captores y buscó el auxilio de policías preventivos de Tabasco y éstos le avisaron a sus captores para que fueran por él.
Sabría también, por voz de familiares de víctimas de secuestro que durante el cautiverio de su familiar el domicilio de éste es vigilado por elementos policíacos que están pendientes de quién entra y quién sale para informarle sabrá Dios a quién.
Habría modo de decirle que las violentas amenazas que reciben las víctimas de hacerle daño a sus seres queridos es una de las razones por la que muchos no denuncian, pero que hay quienes al hacerlo recibieron el consejo de la propia autoridad de que mejor no denuncien y junten el dinero para no arriesgar la vida del secuestrado.
Villanueva tiene una policía preventiva con mala fama pública, la población considera que junto a los buenos elementos hay quienes están al servicio del crimen organizado. Ayer se les programó un examen de control que más bien parece un recurso distractor pues éste ya se les había aplicado en el pasado noviembre, cuando fueron concentrados en la ciudad de Zacatecas.
El distrito judicial conformado por Villanueva y General Joaquín Amaro cuenta con una sola agencia del ministerio público que integra averiguaciones y está adscrita a juzgado, tiene como secretario a un economista y a una secretaria para dar fe, tomar declaraciones, etcétera.
El destacamento de la policía ministerial lo conforman cinco elementos en total, de los cuales uno es el chofer de la patrulla, el otro el radio operador, dos operativos y el jefe.

AL ÚLTIMO
Al momento de escribir estas líneas no hay noticias de los hermanos secuestrados. Por la mente de la gente cruza la desaparición de don Nieves Casillas, de la comunidad de Los Aparicio, allá por el rumbo del Tigre, al que hace más de 6 meses lo “levantaron” de su hogar delante de su familia y es hora de que no se sabe nada.
La gobernadora tiene razones válidas para desaprobar un bloqueo carretero, pero no para desconocer la legitimidad del descontento.
La preocupación que muestra por el riesgo que corren los jóvenes secuestrados la compartimos todos, pero también es hora de la solidaridad sin titubeos con los habitantes de Villanueva que claman por la tranquilidad perdida.
Ayer, varios de los más activos participantes de la protesta fueron amenazados. Por ellos y por nosotros hagámosles sentir que no están solos.
En los tres niveles de gobierno, en lo referente a seguridad, urge una cirugía mayor.

Nos encontramos el jueves en El recreo