Columna de David Márquez Ayala en La Jornada
Carta a los reyes (magos)
Estimados señores:
Pasando por alto las inconsistencias históricas sobre su origen, medios de transporte, fuentes de información privilegiada, sincronización estelar, discriminación a colegas de América y de Asia, y otras, nos dirigimos a ustedes respetuosamente solicitándoles un milagro de excepción para este 6 de enero de 2009.
Como referencia, debemos informarles que en México las cosas van de mal en peor (Gráfico 1) y que estamos muy preocupados porque quienes ocupan los puestos de gobierno parecen ser presas de un entumecimiento cerebral (tal vez por el frío) o quizás de una atrofia permanente, dado que ya llevan dos años (el equipo presente) o 26 años si consideramos a sus antecesores, que les impide darse cuenta de las barbaridades que cometen, atinar sobre lo que al país conviene, entender porqué hasta lo que hacen bien lo hacen mal, y aceptar que su pasmo está convirtiendo una crisis ajena, cuyos efectos podríamos estar contrarrestando, en una nueva debacle interna.
Es por ello que dada su experiencia en llegar al Medio Oriente, les pedimos que les hagan un plano con indicaciones precisas y los iluminen para que, con carácter de urgente:
1) Obliguen a los bancos a reducir sus tasas de interés al nivel equivalente de sus países de origen, a redocumentar en términos amortizables las deudas vencidas sin sobrecargos moratorios, y a reactivar el crédito a la planta productiva en vez de llevarse los ahorros del país.
2) Apliquen cuotas de emergencia y/o aranceles de contingencia a la importación de alimentos, materias primas e incluso bienes industriales que aquí se produzcan aunque sea parcialmente. Ello con el fin de contrarrestar el deterioro de las cuentas externas (Gráfico 2) y de asegurar mercado a la oferta interna, dar viabilidad a la producción del país, y activar la economía. Los países con los que comerciamos (y Estados Unidos en particular como causante primario del desastre actual) sabrán comprender que México no puede mantenerse impasible ante el desplome de su ya de por sí semi estancada economía, ni ante el cierre de plantas y el aumento del desempleo, ni ante la cacería y repatriación de connacionales migrantes.
3) Eleven las tasas del Impuesto sobre la Renta a las personas físicas con altos ingresos (progresivamente) a efecto de captarun mayor excedente y utilizarlo para impulsar la economía y proteger a la población más vulnerable; también para asegurar que esas ganancias se inviertan en México pues quienes las detentan ya no saben que hacer con ellas salvo sacarlas del país e invertir afuera. Si aprovechando el viaje, le exigen a Hacienda que cobre bien los impuestos a las utilidades corporativas, tanto mejor.
4) No acepten el regreso de las inversiones de cartera (capitales golondrinos) que se han ido, y restringir su monto futuro a no más de un cuarto del valor de la reserva internacional; así, si quieren volar que se vayan, pero sin dejar en ruinas al país.
5) Cancelen por lo pronto toda inversión de las Afores en valores externos, pues esos fondos son necesarios en el país. Favor de comunicarle al gobierno que consideramos increíble que esté pidiendo préstamos condicionados a instituciones que tanto daño nos han hecho como el Banco Mundial; sólo falta que también le pidan dinero al FMI para acabar de ahorcar al país.
7) Excluyan del mercado de derivados todos aquellos instrumentos que no sirvan para una sana cobertura de riesgo de las empresas.
8) Canalicen suficientes recursos al campo productor de alimentos a tasas preferenciales, así como semillas (no transgénicas) de alta calidad, fertilizantes, herbicidas e insecticidas no dañinos, todos a costo razonable, y también aseguren a los productores un mercado y precios remunerativos. Esto incluye para el caso de los productores pecuarios la prohibición absoluta de usar en los animales cualquier tipo de hormonas, anabólicos o sustancias que alteren su estado natural; lo que nos lleva a que toda importación de carnes con estos productos (prácticamente la totalidad) sería también, por supuesto, prohibida. Lo anterior en función de la nocividad comprobada de estas sustancias y de que existe la sospecha de que tales productos no son ajenos a muchos de los problemas de salud relativos a la obesidad, alteraciones glandulares y otras enfermedades contemporáneas.
9) Inviertan, dadas las expectativas (Gráfico 3), en la pronta realización de proyectos con la mayor integración nacional posible en materia de: refinación de petróleo, abasto de gas, petroquímica, generación eléctrica, sistemas de irrigación, plantas de tratamiento de aguas, desarrollos forestales, transporte público, vialidades, carreteras… y desde luego en vivienda, escuelas, clínicas y hospitales, servicios públicos, universidades y centros de investigación científica y desarrollo tecnológico que generen soluciones reales a carencias reales. Mucha inversión pública para impulsar la producción privada y pública, y generar empleo en gran escala, ingreso, demanda (que es el motor primordial de la economía) y bienestar, y
10) Se autoapliquen un programa de austeridad en sus sueldos, gastos y prestaciones que liberen recursos públicos y los hagan menos ofensivos ante una sociedad empobrecida e indignada por el costo de una élite gobernante que bien podría desaparecer mañana en un 80% y nadie se daría cuenta.
P.D. 1 Teníamos una petición sobre salarios pero la Comisión de los Mínimos (que debería de-saparecer y establecerse en su lugar un aumento automático de udis + 5) nos desalentó.
P.D. 2 Agradeceremos hacerles saber a quienes toman las decisiones que este decálogo es anticrisis y de aplicación inmediata; también que no se trata de un Programa Emergente de Inversión Adicional financiado con alquimia financiera y a cargo de Pemex, y finalmente que no estamos hablando de 53 mil millones de pesos, aunque éstos pueden servir para el primer mes.
Confiando en que la presente llegue a ustedes, sea digna de su atención, y nos hagan el milagro (con carácter de urgente si es posible) dejamos a ustedes 106 millones y pico de calcetines en la chimenea, por si deciden usar la misma vía de acceso de la competencia.
Atenta, cordial y esperanzadamente:
Las y los mexicanos no pertenecientes al inner circle del Olimpo.
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