La Jornada, 15 de junio 2008
■ Pemex guerra: resultados iniciales
Hace nueve semanas que Calderón al fin hizo pública su iniciativa para privatizar Pemex. El desenlace no es claro, pero ya es hora de evaluar lo que se ha cosechado:
1. La intentona requería un acuerdo del PAN y del PRI para aprobar sin discusión la reforma antes de que terminara el periodo legislativo. Beltrones no quiso o no pudo asumir los costos. Con la toma de la tribuna y las primeras movilizaciones se ganó un tiempo precioso para la resistencia.
2. La iniciativa no ha logrado legitimarse. Nadie, ni sus defensores, creen que no es un intento privatizador. Su carácter inconstitucional resulta evidente. Los artículos 25, 26, 27 y 28 de la Constitución reservan al Estado el negocio petrolero y prohíben de modo radical cualquier forma de inversión extranjera o nacional en toda la cadena de su explotación.
El PRI ha anunciado que no votará a favor, porque el proyecto es una simulación para permitir la formación de monopolios privados que asfixien a Pemex.
3. Contrario a lo que muchos pensábamos, el debate, que no ha sido transmitido por los medios electrónicos, ha penetrado a la opinión pública y se van haciendo evidentes hechos torales que se ocultaban: a) Pemex ha sido desmantelado de modo deliberado. b) No está en bancarrota; tiene ganancias de miles de millones de dólares, los cuales van sin trasnsparencia al gasto de operación del gobierno federal y de los estados. c) El gobierno extrae casi todas las ganancias de la paraestatal y le impide recapitalizarse y aprovechar el auge petrolero, porque está en la penuria fiscal y es incapaz de cobrar los impuestos que por 500 mil millones de pesos deben pagar los grandes grupos de interés. d) El nacionalismo y la democracia han salido ganando. Es una tesis derrotista y entreguista suponer que la “mitología nacionalista” frene el progreso. Todas las potencias son nacionalistas, y Estados Unidos, la mayor entre todas. Su poderío vecino nos obliga a defender nuestros recursos, interés e identidad. Esto es el nacionalismo para México. e) En el futuro las leyes que cambien la estructura del Estado deberán ser sujetas a escrutinio público. Es inevitable que los ciudadanos exijan que se consagre la consulta, la iniciativa popular y otras figuras de la democracia participativa. f) AMLO ha liderado la resistencia gracias a que organizó a los inconformes. 200 mil brigadistas están preparados para la movilización. Es una lección: sólo con organización y mística, la oposición puede ser eficaz.