Fremex (Fuentes Renovables de Energía de México) es la nueva institución gubernamental que necesita el país para apoyar el desarrollo de las fuentes renovables de energía (solar, eólica o de los vientos, geotermia, biomasa, hidráulica y microhidráulica, hidrógeno, entre otras); fijar las políticas de reducción de gases de efecto invernadero para contribuir a reducir el cambio climático global, en el cual México contribuye con 1.5 por ciento; establecer las políticas de ahorro de energía y uso eficiente de la misma; desarrollar nuevas opciones de transporte en las grandes ciudades para sustituir el automóvil, como son los trenes eléctricos, autobuses y autos eléctricos, híbridos y de hidrógeno.
Fremex podría trabajar de manera coordinada con un conjunto de empresas mexicanas creadas para resolver el problema energético, así como con institutos de investigación y desarrollo de tecnología de las universidades nacionales para producir los insumos que permitan construir plantas de producción de energía eléctrica con las fuentes renovables que requiere el país, así como en la creación de tecnologías alternativas que empleen las fuentes renovables de uso doméstico o rural, y en la producción de tecnologías que ahorren energía a la población, como puede ser en cuanto a la producción de nuevos sistemas de transporte que no empleen gasolina.
Para ello es deseable que se destine un porcentaje de la renta petrolera, a fin de que, en el año 2050, 30 por ciento de la energía que se produzca en México sea con fuentes renovables (o 45 por ciento de la energía eléctrica); que el transporte haya cambiado radicalmente por uno que no contamine ni use petróleo ni gas, que las tecnologías alternativas con fuentes renovables estén disponibles para toda la población a costos reales y que la producción masiva de tecnología represente un ahorro de energía.
Son objetivos claros y concretos que se pueden cumplir si hoy se toman las medidas adecuadas y se destina el apoyo económico apropiado.
Cabe señalar que una de las opciones energéticas que no se ha desarrollado es el aprovechamiento de la energía solar, a pesar de que México es una de las mejores regiones del mundo para emplearla y que los costos compiten con otras fuentes de energía. Las celdas solares, señala el doctor Roger Magar, tienen hoy una eficiencia que oscila entre 8 y 18 por ciento, y se puede mejorar si se apoya su desarrollo. Para el año 2018, en una década, es posible producir 9.5 por ciento de la energía con el Sol. Esta energía es la fuente que menos contamina, junto con los aerogeneradores, la energía nuclear y las hidroeléctricas. En el caso de los aerogeneradores se deben producir con tecnología nacional, con energías de 5 megavatios cada uno. México tiene hoy una empresa que produce pequeños aerogeneradores, pero puede crecer si es apoyada. Para lograrlo es fundamental el apoyo gubernamental a empresas e instituciones universitarias dedicadas a ello. Con el potencial eólico es posible generar 40 mil megavatios en 10 años. Uno de los problemas de los aerogeneradores son las aves y su protección, pero no cabe duda que el viento puede ahorrar muchos barriles de petróleo. La tecnología solar no presenta ninguna desventaja y no se ha empleado masivamente.
Por otro lado, hay que señalar que el aprovechamiento hidráulico tampoco se ha explotado totalmente, y que si en algo son pioneros los ingenieros mexicanos es en la energía de los ríos. Todavía podemos aprovechar cerca de 80 por ciento de la producción actual de electricidad con la energía hidroeléctrica, además de que se cuenta con gran experiencia en la ingeniería civil mexicana (sobre todo de ICA), aunque aún no tenemos turbogeneradores hechos en México.
De igual forma, la geotermia se puede aprovechar y ya contamos con la experiencia técnica. México es el tercer productor de geotermia en el mundo. Se conocen las regiones favorables y se puede extender.
En relación con la biomasa, los basureros ya tienen plantas que se benefician del metano y esto tiene que seguirse aprovechando. En el Distrito Federal y Nuevo León ya se produce electricidad con la basura. Pero hay que cuidar la deforestación del país. El uso de los llamados biocombustibles es totalmente inadecuado; como ejemplo, en España se calculó la superficie que se debía dedicar a producirlos y se concluyó que debía ser todo el territorio. El uso de biocombustibles va en detrimento de la alimentación y no puede permitirse.
La energía nuclear hoy, con la actual reforma energética, es una opción real y como científicos y técnicos no podemos ignorarla. Laguna Verde, a pesar de los ecologistas, produce una parte de la energía eléctrica que necesita el país, y está catalogada como una de las mejores del mundo. Es un hecho que no hay que ignorar que tenemos que de-sarrollar entre cinco y 15 plantas nucleares para 2050, y que la contaminación del petróleo hoy es más importante que la radiactividad de esos centros, sobre todo por los residuos. Hay que construir nuevas plantas y retomar el programa nuclear. Francia es un país que se abastece de 70 por ciento de su energía con plantas nucleares.
Lo peor que puede ocurrir a México es no tomar en cuenta las opiniones de los científicos y técnicos del país, y no emplear a los profesionales mexicanos. Más allá de la consulta, existe una pequeña opinión de los técnicos y científicos mexicanos que han trabajado el tema durante varias décadas. Es el momento de apoyar con 1.1 por ciento a ciencia y tecnología nacionales, apoyar a los profesionales que formamos en las universidades, por conducto de la investigación y la creación de empresas energéticas, así como ver hacia el futuro y crear Fremex.
* Subdirector de Medios de Comunicación de la Dirección General de la Divulgación de la Ciencia de la UNAM. Premio Nacional de Divulgación 1997