lunes, 9 de junio de 2008

El Recreo

J. Luis Medina Lizalde

AL PRINCIPIO

Los zacatecanos ya tenemos dos problemas:
Uno: la delincuencia organizada.
Dos: los operativos contra la delincuencia organizada.

¿NO QUE MUY DEMOCRÁTICOS?

En pleno curso de los debates en el Senado respecto a la propuesta calderonista de reforma petrolera, Andrés Manuel López Obrador logró, una vez más, colocar en el centro de la discusión una propuesta, esta vez referida a la realización de una consulta ciudadana para determinar el rumbo de la industria petrolera.
Un primer saldo favorable es el resultado de la encuesta GEA-ISA levantada entre el 17 y 19 de mayo, que arroja un contundente 78 por ciento a favor, 17 por ciento en contra y un 5 por ciento de indecisos.
La propuesta parece tan pertinente, que hasta feroces adversarios de López Obrador, como Jorge Castañeda y Demetrio Sodi, se suman a las voces de la intelectualidad que saluda esa posibilidad.
El jefe de gobierno del DF anuncia que los ciudadanos de la capital de la República serán consultados al respecto el 27 de julio. Cinco días después de concluido el debate organizado por el Senado.
Preguntarle a los ciudadanos su posición sobre determinado tema es un recurso político utilizado aun antes de que se consagrara como la práctica estelar de la democracia participativa.
En 1824 se le preguntó a los habitantes de Chiapas si querían formar parte de nuestro País, y siete de cada 10 dijeron que sí.
Los curros que fueron a embaucar al pobre de Maximiliano para que fuera nuestro emperador, desde la primera vez que lo vieron, le entregaron el resultado de una dizque consulta, lo que junto con su Martita Sahagún llamada Carlota, hizo que dijera “sí” para terminar siendo fusilado por los “consultados”.
Pinochet, creyéndose ídolo, organizó una consulta el 5 de octubre de 1988 en donde le preguntaba a los chilenos si lo aguantaban otros 10 años, y para sorpresa de muchos, el 55.99 por ciento lo mandó por un tubo.
Los venezolanos aprobaron constitución en 1999, y en el 2004, Hugo Chávez se sometió a un referéndum revocatorio de su mandato, teniendo un triunfo amplio.
Engolosinado porque en el 2004 los venezolanos le dijeron que siguiera como presidente, Hugo Chávez reformó la constitución introduciendo la reelección indefinida, pero los venezolanos que 3 años antes le dijeron que le siguiera como presidente, esta vez le dijeron que “no se vuele”, perdiendo por un buen margen la consulta ciudadana.
En el 2006, el gobierno panameño consultó a los gobernados sobre la ampliación del Canal de Panamá, y como dijeron que sí, en eso andan.
En el 2007, a los costarricenses sí les preguntaron si firmaban un tratado de libre comercio con los gringos, ganando el sí, con un 51.62 por ciento.
En Canadá, los canadienses de habla francesa como que no tragan a sus paisanos de habla inglesa, y quieren poner su casa aparte, lo que estuvieron a punto de lograr en 1995 cuando el “no” a la independencia de Québec obtuvo 50.58 por ciento, contra 49.42 por ciento.
La Unión Europea le preguntó a los ciudadanos de los Países miembros si adoptan o no el euro, si le entraban o no a la unión, y si jalaban o se echaban para atrás con la constitución europea.
En México, 22 Estados de la República tienen el referéndum y el plebiscito, pero hasta ahora sólo ha servido para que sus promotores le “echen crema a sus tacos” de que son muy democráticos.

DEL DICHO AL HECHO HAY MUCHO... DISCURSO

En Zacatecas, desde los tiempos de Romo Gutiérrez tenemos en la constitución el referéndum, el plebiscito y la iniciativa popular, y una ley de participación ciudadana derivada de ese contenido constitucional.
Pero para subrayar el carácter de “atole con el dedo” por cuenta de la clase gobernante, los resultados de estas modalidades “no son vinculantes”, es decir, las autoridades no están obligadas a acatarlos.
Un dato elocuente es que la introducción de las diversas modalidades de consulta ciudadana han sido aprobadas por unanimidad, lo que sugiere que todos los partidos, de todas las ideologías, están “que se les queman las habas” por consultar a los ciudadanos.
Entonces, uno se pregunta: ¿Por qué tanta resistencia a la consulta en torno al petróleo?
Además del temor al rechazo ciudadano de la propuesta calderonista, existe, en mi opinión, un conjunto de intereses creados que saldrían afectados con la instauración de un modo distinto de decidir sobre los grandes asuntos nacionales y sociales.
Emergería un verdadero poder ciudadano, que de ser consultado, no hubiera dejado pasar el anatocismo (cobrar intereses sobre intereses), ni el Fobaproa, ni los cuantiosos ingresos de la aristocracia política mexicana.
El Estado podría decirle “no” a las presiones exteriores, como lo hicieron los urguayos cuando rechazaron la privatización de pensiones.
Por éstas y muchas otras razones, la instauración de la consulta popular será un verdadero hito democratizador.

AL ÚLTIMO

Algún alto mando del Ejército Mexicano ya se contagió del servilismo de los gobiernos civiles ante Televisa.
Gracias al IFAI, nos enteramos que el Ejército prestó 16 vehículos terrestres, un helicóptero, tres jefes, seis oficiales y 138 elementos de tropa para la filmación de un capítulo de “El Pantera”. ¡Habrase visto!.

Nos encontramos el lunes en el recreo.
luismedinalizalde@gmail.com