■ CSM, constante saqueo al erario y atraco a Pemex
■ Nueva generación de ladrones
Constitucionales (panistas) o no (oposición), los llamados “contratos de servicios múltiples” (CSM, otorgados por los gobiernos foxista y calderonista, vía Pemex, a empresas trasnacionales para explotar la cuenca gasífera de Burgos) se traducen en permanente un saqueo al erario y un atraco a las finanzas de Petróleos Mexicanos.
A los panistas les ha dado por decir que “sin duda son constitucionales”, por mucho que legalmente estén cuestionados y en espera de un pronunciamiento concreto de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero cuando otros los califican de inconstitucionales los blanquiazules exteriorizan su personalidad esquizoide, como el diputado Juan José Rodríguez Prats entenderá.
Pero, como dicen los clásicos, aunque fueran constitucionales no hay derecho que se permita el atraco, en nombre de la “modernidad” y el “fortalecimiento” de Pemex, que dichos “contratos” significan. Resulta que en el debate petrolero del pasado jueves en el Senado de la República uno de los ponentes consideró más que pertinente documentar el negocio de aguas negras profundas que para las trasnacionales representa Burgos y la muy generosa autorización gubernamental para explotar el mayor campo gasífero del país.
Uno de los ponentes, Octavio Romero Oropeza, presentó cifras concretas con base en las licitaciones y contratos de los CSM, aunque por ser ingeniero agrónomo fue descalificado por el experto en frases célebres (Rodríguez Prats), por mucho que el negocio es real y cuenta con el beneplácito de los panistas. Se trata, pues, de contratos públicos, con la generosidad gubernamental hacia las trasnacionales, que sin justificación alguna termina por duplicar el costo para el erario. Oropeza citó el caso de una planta recuperadora de azufre con un costo directo original cercano a 46 millones de dólares, que al final del ejercicio se convierten en más de 102 millones de billetes verdes, sin mayores beneficios para la nación.
El ponente precisó: “la planta, vale 46 millones de dólares, incluido todo, (pero para el erario) se convierte en 102 millones. Y observamos utilidades sobre los intereses. El interés de 4.5 por ciento, al aplicarle el 60 por ciento, se convierte en 7.2 por ciento, y eso se lo llevan las empresas, sin razón ni motivo. Esta planta de azufre tiene un mantenimiento diario. Y éste, todavía, es más interesante. El costo directo del mantenimiento diario, es de 5 mil 200 dólares. Incluye personal de campo, productos químicos, lubricantes, grasas, mantenimiento general del equipo, instalación de tuberías, instalación de barras, reparaciones e inspecciones, uso de equipos para las líneas, registro de ampliación, tubería flexible, reportes semestrales, costos de reparación y mantenimiento de caminos del sitio y costos para la ejecución de obras. Todo lo requerido para el mantenimiento diario.
“Pero le autorizan 125 por ciento de costos indirectos. Y aquí sí dicen para qué: costos para reportes; para la empresa matriz y sus afiliadas en México o en el extranjero; emisión de cartas de crédito y garantías; servicios legales; licencias de software de computación; administración del consorcio; pólizas de seguro; agentes e intermediarios contratados por la empresa; cualquier tipo de oficina o edificio; lo relacionado con la salud, seguridad y medio ambiente; transporte, todo tipo de transporte para el personal, cualquier tipo de transporte y, desde luego, contabilidad, auditoría y reportes financieros. Esto lo cobran 125 por ciento más caro que el costo directo. El financiamiento es por un día, 44 dólares y luego viene el porcentaje de utilidad: 85 por ciento de utilidad sobre los intereses, sobre los indirectos y sobre los costos directos. De manera que los señores traen ya una utilidad acumulada de 9 mil 981 dólares diarios. Y es así como de 5 mil 200 dólares diarios de mantenimiento, que lo incluye todo, se convierte en 21 mil 832 dólares. Esto es una ofensa para el pueblo de México”, o si se prefiere, como lo asegura Calderón, un “plan para una real soberanía energética”.
Las rebanadas del pastel
Y mientras a Rodríguez Prats le duplican la dosis de valium, la lectoría comenta la denuncia del Auditor Superior de la Federación, reflejada en el México SA de ayer: “en pocas líneas podemos observar los vicios que han llevado al desequilibrio del país. El amasiato de las grandes corporaciones con políticos de primera fila (no confundir con de primera línea) que expolian a un pueblo cada vez más ayuno de esperanza. Mirando, solamente, sus bastardas intenciones, que muy lejos de la realidad cohabitan. Desde luego que este tipo de declaraciones pasarán de largo en los micrófonos que abren los mismos de quien habla. Aquí conviene hacer el chiste o presentar la putita del momento; el partido de futbol o el borracho escandaloso. Hacen su labor a que están acostumbrados, pues. Vergonzante, debiera ser el calificativo. Sin embargo, por lo recurrente y, lo peor, cotidiano, la definición se ha deslavado. Nosotros, cooperando con su causa, hemos perdido ya, la mayor parte de una capacidad de asombro que tan sólo brinca al estimulo, facciosamente, concebido. Los excedentes de nuestra propiedad (hablando nominalmente), se reparten entre menos. Son los mismos que vociferan que haya subsidios en el precio de productos que ya están fuera del alcance popular. Son las voces que a rabiar, con espuma de hipocresía, aplastan con argumentos falaces cualquier intento de transparencia y no se diga de democracia. Son los que cubren sus pecados, con las tonterías de los otros. Ese es el México que sobrevive y que poco a poco se va convirtiendo en retazo de lo que pudo ser. La nueva manera de corrupción, fuera del alcance de cualquier código, se llama gasto corriente. El dar vida de reyes a parásitos, que ni siquiera defecan, no está contemplada más que en la ley que les viene guanga: el comportamiento ético. Bajo esa sombrilla es que los tiempos modernos permiten arropar las pandillas sin problemas. Los pillos que son atrapados in fraganti, no cumpliendo con su labor, tienen derecho a la compensación que les otorga su remunerado puesto, el cien por ciento de lo aportado para su fondo de retiro. Premian pues, no la eficiencia, sino el secreto. La nueva generación de ladrones, ufana, camina al 2009 y luego al 2012 y posterior a la etcétera. Mientras, el grueso de la población se mata entre ellos mismos. Ya sea con fusiles, con desunión, o con aumentos de precios” (Francisco A. Servín de Alba, fsda@att.net.mx).