martes, 1 de julio de 2008

Opinión de Carlos Loret de Mola en El Universal

Historias de reportero
01 de julio de 2008


El jefe del Presidente


Calderón cedió a Beltrones el control del presupuesto federal, y él lo reparte a los estados que le entreguen sus votos

carlosloret@yahoo.com.mx

Las bodas de los hijos de políticos suelen ser una exhibición de poder de los padres. La de Sylvana Beltrones, el sábado, publicitó que El Clan tiene un nuevo patrón: Manlio Fabio.
Senadores, diputados, ex presidentes y gobernadores confirmaron con su asistencia a la boda lo que llevan dos años ratificando con sus votos: el PRI ha entrado a una etapa de desorfandad gracias a Manlio Fabio Beltrones.

El hambre de legitimidad con la que llegó a Los Pinos Calderón y el rechazo sordo del PRD para negociar con el gobierno dejaron al tercer lugar en la jugosa posición de bisagra: para donde se mueva el PRI se mueve la política, y el precio de la bisagra lo fija el perito subastador Beltrones.
Calderón lo entendió y su primer arreglo fue que lo dejaran tomar posesión a cambio de olvidar sus promesas de tumbar a Mario Marín y a Ulises Ruiz.

Funcionó. A partir de ahí, el Presidente cedió a Beltrones el control del presupuesto federal, y él lo reparte a los estados y distritos que le entreguen sus votos. Los tiene a todos, unidos, y los sabe vender.

Desde la presidencia de la Cámara Alta define el destino de la reforma energética, renueva al IFE, atraganta a los medios electrónicos, sostiene al debilitado Mouriño, cambia a su favor las reglas electorales, aterriza la reforma de justicia, la iniciativa fiscal, la del ISSSTE.

¿Qué va a pasar? “Lo que quiera Manlio”, responden pragmáticos los secretarios de Estado.
Maneja ministros de la Corte, consejeros del IFE y magistrados del Tribunal Electoral. El próximo año pasarán por su escritorio una vacante en el Consejo de la Judicatura, dos en la SCJN y el presidente de la CNDH. A cambio de la iniciativa Pemex está pidiendo mano en los comisionados de Cofetel y Cofeco.

Supeditados el Ejecutivo y el Judicial, y gobernando el Legislativo, Manlio Fabio Beltrones funge como jefe del Presidente.

Y además está apuntado a la carrera de 2012, en cuya ruta tiene, como primera escala, dos adversarios.

Primero él mismo: sus vínculos inconfesables, su dinero, la “cola” que dan los años en política y ser, hasta físicamente, el retrato del más clásico PRI.

El segundo es Enrique Peña Nieto. Con cientos de millones de pesos en publicidad, es el candidato joven, guapo, portavoz de un supuesto nuevo rostro de su partido. El aspirante idóneo del establishment porque ya les demostró que se deja manejar.

Las encuestas, a cuatro años, le dan muchas más posibilidades al gobernador mexiquense. Si siguen así, la pregunta será si Beltrones cometerá el error de Madrazo: ganar la interna aunque pierda la constitucional.

La otra es sorprender con una de las que suelen rebotar en varias bandas, y venda caro, carísimo, su amor a Peña Nieto e intente impulsarlo —y dominarlo— hasta Los Pinos. Si llegan, Beltrones extendería su gobierno a 12 años consecutivos porque… ¿para qué ser Presidente si se puede ser jefe del Presidente?

SACIAMORBOS
Costó 2 millones de pesos.